miércoles, 29 de octubre de 2008

El Creador del Tedio

Hacía frío. Demasiado frío para esa época del año. El clima es regular, eso es cierto. Invierno, primavera, verano, otoño, invierno, primavera, verano… aunque a veces llegaba más tarde o más temprano, a veces es más frío. Cada día es distinto a su manera, todos los días son parecidos, unos más que otros, pero todos son distintos. Y el tiempo se acumula en nuestra memoria, pero cada día tenemos memorias del día anterior. Aunque hay veces que nuestras memorias se parecen tanto que grandes partes de nuestras vidas parecen un sólo día.
Que bolas que meses de mi vida se condensan a veces en un segundo, pensaba Luis, mirando a las hojas moverse con el viento. Puedo pensar toda una etapa de mi vida en una imagen… bueno, no es una imagen como tal, es como un sentimiento y una imagen muy compleja, pero instantánea, un negativo de una foto surrealista, pero sólo un negativo.
Recorriendo su vida entera, aparecía su madre regañándolo porque no quería comer. Una patineta, un disco de Bad Religión, una novela de Ernesto Sabato, un profesor, su padre, una mujer, otra mujer, otra mujer, un avión, una canción. Y ya… 23 años en 5 segundos….sólo en 5 segundos.
No es que Luis no había vivido mucho. Muchos pensaríamos que ha vivido bastante, Mucos viajes, amigos, historias, amores, libros. Y es que no importa cuanto se viva. No hay una cantidad de vida, sólo hay tiempo. Y el tiempo se lo lleva todo, sin importar cuanto se viva. No hay, por decirlo así, una ley de conservación de la cantidad de vida. El tiempo es su destrucción continua.
-El tiempo es el devorador de importancia, el creador del tedio- dijo en voz muy baja y viendo hacia el piso, inconcientemente tratando de evitar que lo vieran hablar sólo.